así se crean los
infiernos consentidos.
¡no sientas!
¡no mires!
¡no hables!
que lo que rechazamos,
con fidelidad se nos soldará.
si es negado, si no es aceptado
nos volverá de su resentir
perpetuos esclavos.
será unicamente lo permitido,
y lo sentido sin condena
lo que cortará las cadenas.
la raíz crónica del dolor
da amargura y desdén
come por dentro la
vida y los huesos.
de pegajosa hiel
envuelve lo más
hondo nuestro
humano gen.
en épocas donde
asoman las garras
los demonios y nos
poseen de repente,
es mejor rugirlos.
esto es un lavado
de tripas y de mente.
es éste el primer
acto de rebeldía
desobedecer la
tiranía de lo que
la paz nos quita.
ɐ u ǝ ɹ o L
ǝ l ɐ ɔ o ı C