redondas, blancas onduladas, delgadas como cabello de anciano
o apenas rosadas como malvones
pueden llegar
y cambiar de forma
de manera tan silenciosa
que hasta los pasos de un gato podrían ser más
dramáticos
no tienen la obligación
de permanecer igual
ni se atan a los ojos de alguien para ser vistas
debajo, la tierra parece
tragarse a su criaturas
para transformarlas en otras
en lo alto, algo lo atestigua y tiene cuerpo de nube