El sol es una gran madre
La luna una niña que juega entre pesebres de junco y sapos de musgo, que aprende a descubrir
los colores de su rostro en la superficie negra del agua, a silbar como los búhos, a gritar alto como los arces,
en la perfecta temperatura de los cielos de primavera. Se regala a las mareas, temblando o la muerde con rayos.
Se afina, alarga los dedos en una Estrella de Belén.
Redonda se hace nido, huevo y canto de cardenal.
La niña tiene miedo, y mucha curiosidad.
Tiene al alma gruesa y brama ríos. Es baba que mana del vientre de una araña. Se hace de ayeres. Es la niña más sola.
Una luciérnaga nace sobre su abrillantado sexo, y un escarabajo bermejo, y un colibrí dorado.
La luna es una niña de muchos ojos.
El sol es una madre.