tu alma
es un manantial
que
rocía mis ojos de hierba verde como el olivo nuevo
para
hacer que las mañanas
se vuelvan frescas, muy frescas en los días de verano
ahora
mis
pupilas están claras y limpias como el agua
porque dejaste caer un lágrima sin hacer ruido
en ellas
y
se
volvieron parte de tu dulce, silenciosa corriente vegetal
¿qué podría separarnos ahora?