Algunas partes de mí están hechas de brujería y velas negras, otras de arena finísima y vino blanco.
Y aún así soy la hermosura que Dios más desea. Su milagro más perfecto.
«…el amor de la Diosa enloquece al poeta; va a su muerte y la muerte lo hace cuerdo.»
—La Diosa Blanca