estás encerrada, asustada
y
algo hiere
la construcción privada, segura de tu mente
son
las aves blancas del corazón
que buscan llevar agua pura hacia los bordes delgados
e
infértiles de la razón para debilitarla,
para
crear
un tajo ancho
que
jamás puedas cerrar
porque
es
en
los huecos
callados del alma que se dona el misterio que finalmente
salva
-herida: la cura de nosotros mismos