sólo necesitas escuchar
sin
profanar:
la
manera en que las piedras hacen su música debajo del río divino
como las ramas de los sauces
tejen
un
cuenco verde para recoger el rocío de la mañana
o
como la mano vieja de la luna se duerme sobre la cabeza mojada de un sapo
no necesitas entenderlo -creeme-
para envolverte de esa magia generosa
dejemos
caer nuestros harapos, nuestras razones para ser infelices
la
vida puede ser dura, lo sé:
hay
pozos
que se secan demasiado pronto
aún así
aún así
el sonido de las cosas silvestres
es
esa
música
que la muerte jamás podrá arrancarnos
-la muerte puede esperar cuando sabe que ya no se le teme