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Fuera del tiempo
por esos caminos surcados de lágrimas tempranas,
que cayeron vacías en el hostil olvido; decididas emergen del mar áureo,

con alas de pájaros, heridas de frío y heridas de hambre.

Siembra el alma, que gota a gota florecen en las tierras de adentro y de más allá,
como olas encendidas derramando verde aliento sobre espejos de jade.

Siembra el alma en los senos de una joven montaña,
con su piel desnuda rozando la dorada bruma del alba,
solitarias recuerdan,
con serena templanza, como flotan los cuerpos sobre las aguas del lago.

Siembra el alma la danza de espiralada,
para desatar las tormentas donde ella se arma y se desarma,
con ritmo de serpientes se atreve y teme, baila y se detiene con sutil fortaleza
para concebir en sus entrañas a las sabias guerreras del sol.

Siembra el alma en cuerpos de barro un camino de flores,
que despiertan solitarias en las hondas plegarias,
para que con el sutil canto se vuelvan mágicas.

Almas que siembran, las cobrizas tierras del medio,
con semillas de encanto fuera del tiempo,
como un camino de estrellas, como un recuerdo de plata,
son las guerreras del alba que siembran espacios,
en la sagrada tierra de Zaria.

-una de mis primeras poesías
recuerdo como llegaban en visiones
y rápidamente volcaba al papel las emociones que me transmitían

esas emociones abrían un flujo tremendo lleno de magia,
un lugar sagrado donde podía mojarme los ojos y recordar

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