La teoría acerca del ser, del amor o Dios
también puede ser usada como una droga más.
Inflama la sensación de saber del ego
mientras mantiene la ignorancia
en el mismo sitio.
Esta clase de hechizo, tan sutil, que atrapa
a la conciencia, perpetúa el abismo
que nuclea el fondo de todo sufrimiento.
La teoría puede ser una luz atravesando
lo denso y opaco de la mente. Sí.
Sin embargo, esta «claridad» puede ser
una trampa de las más difíciles de abolir.
Es la entrega sin condena, a cada experiencia,
lo que vuelve más delgado el velo entre la teoría
y el saber verdadero.
Que todas tus relaciones
te sanen.