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Carta para ti:

Durante muchos años me he comunicado a través de la página de facebook Mujer Nagual con un publico muy variado. Comencé a escribir en este espacio desde un rincón intimo, casi tímido pero muy apasionado. El hilo del espíritu tiro con lenta y perseverante paciencia desde lo más entrañable y escondido que yo podía imaginar desde mi limitada percepción; y así dejé salir de a ratos a la escritora que había silenciada dentro mío. Jamás imaginé que podía darle el cuerpo y el nombre a este noble oficio; el de maridar el verbo con el alma. Mientras la página se volvía cada vez más visible, algo dentro mío se animaba a darse a conocer, a dejarse ver. Al asumir este riesgo de dejarme ver, aumentó el grado exponencial de vulnerabilidad, terror y creatividad. Dejarme ver, era peligroso! Me podían rechazar. ¿Pero cómo dejar de dar a conocer lo que ardía en mi corazón? Así intenté dejar la página a un lado, la escritura también y esperar a que el fuego reclame otros destinos. Pero si mis manos se callan, mi corazón se cierra. Y  así no hay destino que el fuego pueda iluminar con su vivacidad, si lo ignoro por el miedo a ser quien soy, me apago.

En estos cuatros años me acompañó Rosalinda, la cara de una mujer preciosa – que se parece mucho a mi abuela Florinda -con las arrugas más bellas y una sonrisa tan dulce como bondadosa, y una historia que desconozco pero que siento casi próxima. Ella fue la identidad de mujer nagual y mi rostro. Detrás de ella, te hablaba a ti. Detrás de mujer nagual, estaba yo. Una mujer absolutamente común y corriente. Con un anhelo irrefrenable de escribirte y que se sentía un tanto insignificante como para darse a conocer.

Comprendí que la importancia personal se nutre tanto de sentirse especialmente una mierda o de sentirse especialmente un dios. Así que la corriente nagual – me gusta llamarla así- hizo un maravilloso desmantelamiento durante este tiempo sobre mi auto importancia.

Mujer Nagual me sigue acompañando y siempre lo hará. Tengo una profunda amistad con ella y es irreversible. Pero ahora asumí el riesgo de dejarme ver. Salgo al ruedo con mi cara, con mi nombre y con mi alma. La comodidad de lo seguro me asusta mucho más que la de cambiar y desplegar un nuevo capítulo en mi vida. En todo cambio, el vacío es imprescindible y la incertidumbre de no saber lo que va a suceder también. No tengo idea de quienes me acompañaran o quienes decidirán bajarse. Pero debo obedecer y aceptar nuevamente un desafío.

El de seguir el impulso de mi corazón!

Gracias a todos ustedes por haberme enseñado el coraje, la humildad y fundamentalmente la importancia de seguir un camino con corazón. Principio esencial que te lleva a dejar de lado muchas cosas que no lo tiene. Comprender que es importante y que de verdad, no lo es. Que tener más opciones no es ser mejor o más abundante. Todo está hecho de espíritu, todo proviene del espíritu y todo fluye hacia él a su modo y a su ritmo.

Este es mi camino, más bien minimalista pero con un próspero corazón.

Escribirte.

Escribir.

Dejar que el espíritu me regale su silencio para ofrecértelo.

Cuando el verbo habla, la mente se calla.

Abrazo bien grande!!!

Lorena

 

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