Como a una mariposa
que le arrancan una de sus alas,
por más que lo intente o esfuerzo que haga
ya no vuela: vaga.
Camina como la noche:
a oscuras, cansada.
¿Cómo es volar con la belleza rota?
En el más absoluto abandono
la criatura de una sola ala
acepta su destino:
ser inseparable
del aliento que la anima.
Su naturaleza no era solo
volar, sino ser un milagro.
Lorena
Ciocale